El concepto de estrategia en los negocios fue tomado de la terminología militar.
En los cuarteles de campaña se reunía la alta jerarquía militar para
decidir cómo ganarían la batalla. Usaban inclusive herramientas de
simulación para prever las posibles maniobras del enemigo y decidir la
forma de enfrentarlas, o para diseñar una ofensiva que el enemigo no
pudiera contener.
En la empresa actual, la estrategia busca establecer la visión, misión
y objetivos básicos del negocio. Esta definición se realiza tomando en
cuenta las fortalezas y debilidades de la empresa y las oportunidades y
amenazas que enfrenta (análisis FODA o TOWS por sus siglas en inglés).
Al diseñar los objetivos estratégicos se hace uso de una buena cantidad
de herramientas de planificación estratégica: La matriz de portafolio,
el análisis del ciclo de vida de las productos, los análisis de
mercado, las matrices de opciones estratégicas del FODA, análisis e
interpretación de estados financieros, etc.
Todo esto se estructura en
el marco de los valores compartidos y la cultura de la organización.
Cuando una empresa se embarca por primera vez en un proceso de
planificación estratégica, es imprescindible que contrate la ayuda de
un consultor externo que tenga suficiente experiencia.
No es suficiente
con los estudios universitarios de los ejecutivos de la empresa; si no
han tenido la experiencia de participar en un plan estratégico puede
que se enfrenten a desafíos fuertes al momento de llevar la teoría a la
práctica.
Un punto particularmente difícil en relación con un plan estratégico es
la elaboración de planes operativos congruentes con la estrategia
formulada. Muchas veces la estrategia se queda sólo como un buen deseo
porque los ejecutivos olvidaron trazar los planes operativos y ni
siquiera incluyeron el impacto de su plan estratégico en el diseño del
presupuesto anual.