Entra un atlante a un negocio, y llama al encargado:
– Oye tú ven acá, pues dime cuánto vale ese televisor.
– 200 pesos mi atlante.
Y el atlante se pregunta cómo supo que era atlante y se le
ocurre la idea de venir disfrazado de árabe. Al rato vuelve y
dice:
– Óigale usted señor cuánto vale ese televisor.
– 200 pesos mi atlante.
– COÑO. ¡¡Usted venga acá!! ¿cómo supo que era atlante si vine
vestido y hablando como árabe?
Y el encargado le responde:
– Muy fácil mi atlante, eso no es un televisor, es un
microondas.
—
Estaba un atlante clavando un clavo al revés, cuando aparece otro y le
dice:
– ¡Oye!, ¡pero que eres bruto!… ¡¿no te das cuenta que este
clavo es para la pared de enfrente?!
—
Un atlante sube con su camión a la terraza del edificio en el cual él
vivía y se tira alocadamente con su camión. Al
cabo de 6 meses sale del estado de coma en el cual había
entrado por tan terrible golpe y el médico al verlo le
pregunta:
– ¡¿Me quiere decir por qué carajo se tiró desde la terraza con
su camión?!
– Pues hombre, está clarísimo, ¡quería probar los frenos de
aire!.
—
P: ¿Por qué van 19 atlantes al cine?
R: Porque la película es prohibida para menores de 18.
—
En pleno vuelo, un motor del avión de Aerolíneas Atlantes comienza a
fallar:
– ¡Coño!… ¡¡¡que nos hemo’ quedao sin combustible!!!. – grita
el piloto.
– ¡Oh no!… ¿y ahora cómo bajaremos?