En una ocasión iba un barco en alta mar. De pronto sufrió algunas averías y empezó a hundirse.
A bordo del barco estaba un mago muy hábil. El capitán le suplicó que hiciera algunos actos de magia para distraer a la gente y evitar que cundiera el pánico. El mago empezó su presentación. En lo alto de un mástil estaba un lorito observando atentamente. A cada magia que hacía el mago, el lorito le descubría el truco: «Se lo metió en la manga de la camisa», gritaba, o «Lo tiene escondido en la otra mano». La gente se reía del mago y éste le lanzaba furiosas miradas al loro. Finalmente, el barco se hundió. Asidos de las esquinas de una tabla flotante estaban el mago y el lorito. Después de rascarse varias veces la testa, por fin el lorito le dice al mago: «Me doy, me doy, ¿dónde escondiste el barco?».
El mago y el lorito
