En el ámbito empresarial, la eficiencia significa saber hacer las cosas de la manera menos costosa y haciendo uso de los mejores métodos de trabajo. Por el otro lado, la eficacia consiste en lograr los resultados deseados.
El trabajador eficiente siempre realizará el mejor proceso de trabajo aunque el logro de los objetivos sea pobre.
El trabajador eficaz se concentrará en alcanzar sus objetivos sin prestar mucha atención al costo o al procedimiento.
La pregunta de siempre ha sido: ¿Qué conviene más? ¿Trabajar con eficiencia o trabajar con eficacia? Y la respuesta, como sucede en muchos temas empresariales, es DEPENDE.
En un trabajo operativo de bajo nivel, trabajar con eficiencia será muy importante. En un puesto ejecutivo de alto nivel, la eficacia se valorará más. Sin embargo, nunca podrá eliminarse el otro elemento.
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Por mucha eficiencia que se requiera en un puesto, es necesario que haya alguna dosis de eficacia o nunca se alcanzará resultado alguno. Y aunque un ejecutivo sea muy eficaz, no puede desatender la atención a los detalles operativos si no quiere que sus costos se disparen hacia arriba.
A la óptima combinación de eficiencia y eficacia algunos autores han dado en llamarla EFECTIVIDAD. Así tanto el trabajador operativo como el ejecutivo de alto nivel, serán trabajadores efectivos cuando manejen adecuadamente la mezcla de eficiencia y eficacia requerida por su puesto.