Cada cuatro años los guatemaltecos vamos a las urnas con la ilusión de elegir a una persona que por fin sacará al país del atraso y del subdesarrollo y lo convertirá en el país con el que todos soñamos. Cada cuatro años los guatemaltecos debemos preguntarnos: ¿Cómo puedo determinar quién es el mejor candidato para dirigir el gobierno de mi país?
Primero, no debemos dejarnos engañar por la propaganda. El candidato busca congraciarse con el electorado criticando los defectos del gobierno y haciendo promesas que ni él se cree. Algunos recurren a enfrentar a pobres y ricos. La imagen del candidato a elegir es promovida como si fuera producto de consumo y no se responden dos preguntas básicas: ¿Tiene experiencia el candidato en posiciones de liderazgo? ¿Cuenta con un equipo de profesionales capaces que conformarán su gabinete de gobierno? ¿Tiene idea de qué hará una vez que esté al frente del gobierno? ¿Tiene un plan de gobierno? Una agenda clara con las medidas que implementará en los primeros días de su gobierno, cómo las financiará y cuál modelo de país impulsará a largo plazo. Si su plan es un documento oscuro y plagado de tecnicismos incomprensibles, entonces realmente no sabe qué hará en el gobierno y no se le debe elegir.
Ya es hora de que los guatemaltecos pongamos un hasta aquí a los politiqueros que nos manipulan a su antojo.
LOS GUATEMALTECOS DEBEMOS EXIGIR A CADA CANDIDATO…
- Que publique su hoja de vida, en la cual se muestre claramente que tiene la experiencia de haberse desempeñado como líder al frente de organizaciones o entidades y que ha obtenido resultados positivos de su gestión. Que su reputación es intachable, con una vida basada en principios positivos de respeto a los derechos de los demás y a la ley, inclusive la ley electoral.
- Para poder tomarlo en serio como candidato, que publique la lista del equipo con el cual gobernará; por lo menos 30 ciudadanos destacados o ciudadanas destacadas que no se postularán a cargos de elección popular, profesionales con experiencia en la administración pública y con una hoja de vida intachable, los cuales estarán a cargo de los ministerios y las secretarías. Cuatro años es muy poco tiempo y no podemos darnos el lujo de que un gobierno esté improvisando y luego diga que no pudo lograr resultados porque «sus amigos le fallaron».
- Que presente un plan claro y sencillo que muestre las medidas urgentes que se implementarán en los primeros días de gobierno para resolver las necesidades críticas de seguridad, salud y trabajo. Que identifique claramente cuál será el costo y cómo lo financiará.
- Que muestre su seriedad promoviendo con su partido una iniciativa de ley para establecer un PLAN DE PAÍS. Un instrumento que dé dirección sólida y clara al rumbo del país para los próximos veinte años. Que en un plazo razonable nos convierta en una nación desarrollada. Esto no se logra en cuatro años. Por esa razón debe ser una ley que obligue a los gobiernos de los próximos años a enfocarse en lo más importante. Cada año el presidente deberá presentar un informe formal a los guatemaltecos acerca del avance del plan de nación. Los ciudadanos deberán contar con las herramientas legales para tramitar su destitución si descuida las metas fundamentales del plan. Los ciudadanos deberán contar también con otras herramientas legales. Estas herramientas deben funcionar para tramitar la destitución de cualquier funcionario del estado que no cumpla con su deber. Nadie se debe convertir en una piedra de tropiezo para el logro de las metas de la nación.
Exijamos que su propaganda política incluya las respuestas a estos puntos. Puede ser que se concreten a publicar canciones, decir frases bonitas, regalar camisetas, atacar a otros candidatos, dividir a los guatemaltecos en ricos y pobres. Si ese es el caso, hay que sospechar que no tienen nada concreto que ofrecer, únicamente otros cuatro años de amargos desengaños.
En época de elecciones, ayúdanos a compartir estos sencillos puntos con todos los guatemaltecos. No podemos darnos el lujo de descuidar el futuro de nuestro país.
En época electoral debemos elegir con sabiduría y buen criterio. Y tenemos todo el DERECHO de exigir capacidad y seriedad a quienes se postulen como candidatos.