Está en el norteño departamento de Petén. Tikal es un impresionante complejo político y ceremonial. Los antiguos mayas lo construyeron.
El término Tikal significa «Lugar de voces» o «Lugar de las lenguas». Fue el arqueólogo Sylvanus Morley quien le puso ese nombre. Según los jeroglíficos encontrados, su verdadero nombre es Mutul o Yax Mutul, nombre derivado de «Mut» (nudo) en referencia al tipo de peinado del gobernante principal.
Las construcciones más antiguas datan del año 600 antes de Cristo y se encuentran en el área llamada Mundo Perdido. El máximo apogeo de Tikal se dio en el período clásico maya, entre los años 200 y 900 después de Cristo. Alrededor del año 900 la ciudad fue abandonada abruptamente.
Las ruinas fueron oficialmente descubiertas en 1848 por el corregidor Modesto Méndez y el gobernador Ambrosio Tut. A partir de entonces Tikal ha cautivado con su magia a la infinidad de visitantes que llegan constantemente.
Las ruinas han sufrido un tremendo deterioro por acción de la naturaleza y por daños causados por personas inescrupulosas. Actualmente las autoridades ejercen un mayor control para minimizar el deterioro y hay en marcha proyectos de restauración. La investigación arqueológica de Tikal se inició desde 1956 cuando la Universidad de Pensilvania hizo importantes excavaciones.
Es un lugar de aprendizaje
En Tikal se pueden aprender cosas muy interesantes como: la forma en que las mayas disponían sus edificios para conformar plazas; la manera en que un nuevo gobernante mutilaba las estelas del anterior para eliminar su magia; el sistema de riego utilizado; la ceremonia del juego de pelota, etc.
Visitar Tikal es una experiencia única. El área fue declarada patrimonio cultural del mundo en 1979, por tal razón, es posible admirar la fauna y demás componentes del ecosistema casi sin alteración.
Es un placer observar exóticas aves en su hábitat natural y escuchar los imponentes rugidos de los monos saraguates. Quizá alguna serpiente pueda cruzarse en el camino (es muy raro, pero sucede); no hay que preocuparse, ella estará tan asustada como el visitante y buscando la forma de escabullirse.
Durante sus próximas vacaciones, visite Tikal, ¡No se arrepentirá!
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