Un arquitecto falleció. Cuando llegó a la puerta del cielo, San Pedro lo buscó en la lista y le dijo: "Lo siento hijo, pero a ti te toca ir al infierno".
Se fue, pues, el arquitecto al infierno. Cuando llegó, dijo: "Hay mucho calor aquí. Tenemos que hacer algo."
Días después, llegó una auditoría del cielo. "¿Cómo les está yendo?" Preguntó el auditor. "Muy bien", contestó el diablo. "Desde que nos enviaron al arquitecto las cosas mejoraron aquí, ya tenemos aire acondicionado y escaleras eléctricas". "¿Un arquitecto? ¿Quién lo envió aquí?" Preguntó el auditor, y agregó: "Eso fue un error, él no tiene que estar aquí. Si no lo devuelven al cielo, los vamos a demandar". "¿Ah sí?" Contestó el diablo. "¿Y cómo van a encontrar un abogado en el cielo?"